Viajar es una forma desafiante de comunicarse con el mundo.
En tiempos que van desde cruceros o viajes de aventura hasta costosas expediciones, viajar se convierte en una maratón de relajación o actividad o incluso en un objeto de prestigio personal. Viajar muchas veces sirve como escape de uno mismo. ¿Pero podemos realmente movernos sin llevarlo con nosotros?
¿Alguna vez has estado en una fiesta y los invitados se jactaron de sus emocionantes aventuras de viaje sin escucharse realmente?
Lo que encuentres con nosotros en Mérida puede llenar tu corazón, solo querrás compartirlo con personas que signifiquen algo para ti.
La gente transporta nuestros hábitos de visualización a otros países, coleccionamos selfies, dejamos huellas destructivas y sólo estamos dispuestos a llevarnos a casa impresiones positivas y, sobre todo, algo que impresione a amigos y familiares.
Sin embargo, viajar como expansión de la conciencia sólo es posible si nos vemos como ciudadanos globales y realmente nos involucramos en cosas nuevas. Esto requiere la voluntad de cuestionarse, de renovarse y de no cerrar los ojos ante lo que puede resultar doloroso.
Cuando regreses después de un viaje así, también mirarás tu mundo anterior con otros ojos y descubrirás cosas nuevas allí.
Encuentra tu propio ritmo, tu propio tiempo para cuestionar tu perspectiva y distribuir felicidad y alegría interior en el mundo en lugar de buscarlas. No tomes las selfies como huellas coloniales, abre los ojos a lo nuevo e inesperado, escucha el mundo, observa en lugar de ahogarte y domesticarte.
Podrás llevar contigo algo que no cabe en una maleta.
Y lo que encuentras luego no lo puedes comprar en ninguna agencia porque es un regalo.